Entre “pasar por el Arco del Triunfo” y “me lo paso por el Arco del Triunfo” hay un pequeño matiz lingüístico, como también lo hay entre obedecer y desobedecer.

Este arco no celebra victorias imperiales y no está hecho de mármol, sino de cartón vencido, envases, etiquetas conquistadas, restos de compras 2X1 y decisiones  abatidas.


El carro no avanza, sostiene, sirve de soporte de este monumento efímero a la gloria cotidiana… o como un Arco de la Derrota, conmemorando los días que sobrevivimos, las rendiciones suaves y diarias.



El arco en conmemoración de la batalla entre ingresos y gastos.

Pasar, detenerse… o pasárselo todo por el arco, como prefieras…depende de ti.