"Polvo somos, en polvo nos convertiremos… y polvo recogeremos."
La idea de crear recogedores imposibles resulta desafiante (no me preguntéis por qué…).
Quizás nace del absurdo o quizás del impulso de representar el vínculo entre la escala humana de lo cotidiano con algo robusto, fuerte y duradero como el hormigón. Una paradoja sugerente que planea por la propuesta. Además, generar un objeto aparentemente inservible —que no puede levantarse ni usarse como lo que parece ser— abre, precisamente por su inutilidad otro uso…una puerta hacia otros destinos y utilidades: el juego, lo poético… en fin…
A continuación, el texto comisariado-explicativo de esta exposición virtual (que bien podría ser real… ¿por qué no? Ya veremos…):
Una propuesta situada entre lo absurdo y lo ceremonial, Un polvo brutal invita a pensar en lo que sobra, lo que cae y, sin embargo, persiste. En ese juego entre lo inútil y lo permanente, entre el gesto mínimo y el peso brutal, se plantea la necesidad de un “gesto brutal” para recoger no solo materia, sino también conceptos, ideas y reflexiones.
El recogedor como bloque se convierte en un contenedor simbólico. Un polvo brutal parte de una contradicción material y simbólica: la creación de estos bloques - recogedores imposibles, construidos en hormigón —un material asociado a la permanencia, la solidez y lo arquitectónico— para contener aquello que es frágil, volátil y casi invisible: el polvo. La pieza pone en diálogo lo cotidiano y lo inútil, lo doméstico y lo escultórico. Lo que, a priori, debería ser funcional —recoger, limpiar, eliminar— se transforma aquí en un objeto deliberadamente inservible, anclado, pesado, inmóvil. Se convierte así en un objeto de contemplación: solemne e hipnótico.
Esta inutilidad deliberada abre una fisura en la lectura literal del objeto: lo convierte en una herramienta para recoger —entre otras cosas— residuos existenciales.Esa sustancia omnipresente (el polvo), que habita todos los espacios y que suele pasar desapercibida, se convierte aquí en protagonista.Puede acumularse en la pieza, jugar dentro de ella, habitarla.Así, el recogedor que nada recoge se vuelve un recipiente de tiempo y polvo.